Sin duda, la mayoría de nosotros recordaremos el ataque informático masivo del ransomware WannaCry, un malware que ha infectado millones de ordenadores de todo el mundo en cuestión de horas utilizando una vulnerabilidad que, de haber tenido Windows actualizado con los últimos parches de seguridad, no hubiese pasado. Cuando parecía que la tormenta había pasado, el pasado martes por la tarde, un nuevo ataque informático ha distribuido un nuevo malware, llamado como nuevo Petya, NotPetya o GoldenEye que, igualmente, ha afectado a millones de s utilizando la misma vulnerabilidad. Sin embargo, aunque se creía que este malware era también del tipo ransomware, técnicamente puede que no sea así.
El ransomware es un tipo de malware que, una vez infectado un ordenador, automáticamente genera un ID único del ordenador víctima del ataque y, a partir de él, genera un par de claves para empezar a cifrar todos los datos almacenados en los discos duros para, después, pedir el pago del rescate a cambio de la clave de recuperación. Cuando se hace un pago, es necesario facilitar el ID de manera que se nos pueda devolver nuestra propia clave
Una cosa es que la conexión con el servidor de claves falle o que luego no se pueda recuperar la clave a partir del ID, como ha pasado en varias ocasiones, pero es que los piratas informáticos responsables de este ataque ni se han molestado en crear una función para guardar las claves en el servidor.
Esto demuestra dos teorías, la primera de ellas que, tal como se pensaba, los datos de los s afectados por este malware no se pueden recuperar al no existir la correspondiente clave ni la posibilidad de volver a generar el ID aleatorio y, por otro lado, que esto se ha hecho intencionadamente (ya que forma parte del código fuente del malware), por lo que estos piratas no buscaban hacer dinero (que también, haciendo que la gente pague para dejarles, además de sin dinero, sin los datos), sino que su principal objetivo era generar caos.
Y lo han conseguido.
Los datos cifrados por Petya, NotPetya o GoldenEye nunca podrán ser recuperados
Tal como hemos explicado anteriormente, no hay una base de datos con las claves en un servidor remoto, sino que al generarse todas ellas de forma aleatoria va a ser imposible recuperar los datos, aunque paguemos el rescate a los piratas informáticos.
Es más, aunque consiguieran identificar a estos y tuvieran a todos sus ordenadores y servidores, en ningún momento se podrán recuperar estas claves, ya que no existen, por lo que los datos que han sido cifrados con este ransomware se han perdido, para siempre, no hay la menor oportunidad de recuperación.
Por ello, al no haber posibilidad de rescate, o «ransom», este malware no puede ser considerado un ransomware, sino una herramienta maliciosa que busca tan solo hacer daño y generar caos en todo el mundo.
Un leve rayo de esperanza
Aunque todo pinta muy mal, en realidad no está perdido al 100%, sino que aún queda una pequeña, muy pequeña, probabilidad de poder recuperar los datos. NotPetya ha copiado tanto código del ransomware Petya original que hasta ha incluido los mismos vectores que este, por lo que, actualmente, están estudiando la posibilidad de romper la clave de cifrado utilizando la clave privada del ransomware original, un proceso complicado y muy poco probable, pero, al menos, brinda un 1% de probabilidad de recuperación de los datos.
¿Qué opinas de Petya, NotPetya o GoldenEye? ¿Crees que conseguirán recuperar los datos por fuerza bruta?