Tanto si utilizamos la impresora a diario como si lo hacemos de forma esporádica, uno de los problemas más molestos es encontrarnos sin tinta. La mayoría de las impresoras nos informan acerca de los niveles de tinta, aunque no siempre de forma real, por lo que, si nos confiamos, podemos tener un serio problema cuando más nos haga falta. Si, además, utilizamos cartuchos no oficiales, la aplicación directamente no será capaz de ofrecer esta información ni de forma aproximada, por lo que, siempre que sea posible, debemos procurar ahorrar tinta cada vez que imprimamos.
Ahorrar al imprimir es un proceso muy sencillo y que todos podemos hacer, independientemente de si se trata de una impresora de última generación o un modelo que tiene unos cuantos años sobre sus espaldas y para la que cada vez nos cuenta más trabajo encontrar cartuchos de tinta. Si queremos evitar tener algún problema al imprimir por falta de tinta, siguiendo estos consejos, lo evitaremos.
Imprimir en escala de grises
Muchas impresoras no solo utilizan la tinta negra para imprimir documentos de texto, sino que también hacen uso de los cartuchos de tinta de color, de ahí que siempre nos haya llamado la atención que, sin apenas utilizar colores a la hora de imprimir, el cartucho se esté vaciando poco a poco y cuando realmente no haga falta, no tendremos suficiente.
Utilizar fuentes que consumen poca tinta
No todas las fuentes disponibles en Windows consumen la misma cantidad de tinta a la hora de pasar por la impresora. Podemos reducir fácilmente la cantidad de tinta que utiliza la impresora al imprimir utilizando letras que consuman poca tinta, las que tienen un trazo fino. Las fuentes Times New Roman y Calibri consumen hasta un 30% menos que, por ejemplo, la tipografía Arial. Además, siempre que sea posible, debemos, siempre que sea posible, evitar las negritas.
Comprar cartuchos compatibles
Además de todos los consejos que os hemos mostrado más arriba, otra forma que tenemos de ahorrar dinero a la hora de imprimir es comprando cartuchos de tinta compatibles, cartuchos que, en muchas ocasiones, cuestan la mitad que los oficiales. El único problema de estos cartuchos es que, algunas impresoras los detectan y nos muestra información de los niveles de tinta, por lo que es una lotería saber cuándo nos quedaremos sin ella si no tenemos de repuesto siempre a mano.