Poco a poco, la gente va perdiendo el miedo a Linux. Es cierto que este sistema no es tan sencillo, ni accesible, como Windows o macOS, pero también es cierto que el soporte que ofrece, sobre todo para PCs que no son de última generación, es muy superior al de estos dos. Sin embargo, uno de los miedos más frecuentes que sigue asolando a los s es el de qué pasa si, después de instalarlo, no nos convence o no nos gusta. Un miedo que muy fácilmente podemos evitar.
Si quieres darle una oportunidad a Ubuntu, o a cualquier otra distribución Linux, pero no quieres instalarlo en el ordenador por miedo a perder Windows, te vamos a explicar varias alternativas con las que podrás probar, sin ningún riesgo, todo lo que ofrece este sistema operativo. Y, si luego te convence, ya tendrás
Para ello, tan solo debemos crear el USB de instalación de la distro que queramos probar, y arrancar el PC con él. En la primera pantalla podremos elegir, o bien probar el sistema en modo Live desde la memoria (sin formatear, instalar ni modificar nada más del PC), o empezar con la instalación. Eligiendo la primera opción podremos experimentar de primera mano, y sin riesgos, con el sistema.
OnWorks
OnWorks pone a nuestro alcance una gran lista de sistemas operativos virtualizados que podemos probar desde nuestro navegador web. Entre otros, podemos encontrar distros basadas en CentOS, Fedora, Ubuntu y Debian. Todas las distros vienen ya instaladas y configuradas, además de contar con algunos programas sencillos instalados por defecto. De esta manera podremos experimentar desde el primer momento todo el potencial de Linux.
Algunas de las distros más interesantes que podemos encontrar son:
- Ubuntu.
- Debian.
- Linux Mint.
- ReactOS.
- Parrot OS.
- Elementary OS.
- Kali Linux.
- MX Linux.
- RHEL Red Hat Enterprise Linux.
- OpenSUSE.
- Fedora.
Incluso podemos encontrar un emulador de Windows 10 para usar el sistema operativo de Microsoft desde la web.
Para poder probar los sistemas operativos que nos ofrece OnWorks, lo que debemos hacer es abrir nuestro navegador web (Google Chrome, Firefox, etc.) y acceder a la lista de distros desde el
Optimizar la VM para Linux


Una vez montada la unidad en nuestra máquina virtual, Linux la reconocerá como si se tratase de un CD o un DVD que hemos montado a mano. En el caso de VMware, por ejemplo, lo que debemos hacer es extraer el fichero tar.gz que se encuentra en la unidad en un directorio como el escritorio, entrar a la carpeta vmware-tools-distrib que nos creará y ejecutar el siguiente comando para comenzar la instalación:
sudo ./vmware-install.pl -f
En el caso de VirtualBox, el proceso es mucho más sencillo. La ISO que se monta aparece como auto-ejecutable. En la ventana que nos aparecerá elegimos que sí queremos ejecutarla y en unos segundos tendremos ya estas librerías instaladas.
Una vez instaladas estas librerías, además de mejorar el rendimiento de la máquina virtual, también podremos usar algunas funciones adicionales, como el portapapeles cruzado o el poder copiar y pegar entre la máquina virtual y el sistema host.
Los procesadores modernos hoy en día tienen más de un núcleo. Por lo tanto, las máquinas virtuales también pueden tener dos o más cores para mejorar el rendimiento. Cada uno de los núcleos virtuales utilizará un núcleo real de nuestra U, por lo que, a cambio de mejorar el rendimiento general de la máquina virtual, reduciremos el rendimiento de nuestro PC real.
Según el número de cores que tenga nuestro procesador podemos asignar más o menos procesadores a nuestra máquina virtual:
- Si nuestra U tiene 4 cores, la máquina virtual debería tener 2.
- En caso de tener 6 cores, la máquina virtual debería tener entre 2 y 4 núcleos.
- Si nuestro procesador tiene 8, 12 o más núcleos, la máquina virtual puede tener 4 o más sin problemas.
Esto podemos hacerlo desde la configuración avanzada de la máquina virtual. Y el proceso es muy similar en ambas aplicaciones, aunque puede encontrarse en apartados diferentes.


Igual que un ordenador real, una máquina virtual necesita una serie de recursos para poder funcionar con normalidad. Durante la creación de la misma podremos ver cómo nos pregunta cuánta memoria RAM queremos dedicar a dicha máquina. Cuando mayor sea la cantidad, mejor funcionará. Igual que un PC real.
Podemos ampliar la memoria RAM disponible desde las propiedades de configuración de la VM.


Además, también debemos aumentar todo lo que podamos la memoria gráfica. Los valores por defecto que se asignan a las distribuciones Linux suelen ser muy bajos. Por ello, si queremos sacar más provecho a nuestra máquina virtual, debemos aumentar el tamaño máximo de la memoria virtual.
Para ello, no tenemos más que abrir las propiedades de la máquina para cambiarla, igual que hemos visto con los cores de la U y con la memoria RAM.


De esta manera, Ubuntu podrá activar la aceleración por hardware dentro de la máquina virtual, y podremos disfrutar mucho más de ella.