Cuando empezamos a trabajar con nuestro nuevo ordenador que dispone de un sistema operativo limpio o instalamos Windows desde cero, todo va sobre ruedas. Esto quiere decir que podemos ejecutar todo tipo de aplicaciones que arrancarán en segundos y funcionarán con total fluidez.
Pero con el paso de los meses e incluso de los años, esta fluidez de funcionamiento del sistema operativo de Microsoft poco a poco va cayendo. Las razones de todo ello son de lo más variado, aunque una de las más habituales es la constante instalación y desinstalación de software. Además, activamos nuevas características del sistema y añadimos otras que modifican la configuración de Windows de manera externa.
Por tanto, la acumulación de contenidos, en ocasiones inservibles, afecta de manera negativa al funcionamiento y fluidez de nuestro equipo. Esto es algo que se hace especialmente patente si disponemos de un ordenador algo reducido en cuanto a sus especificaciones internas. Por ejemplo, aquí podemos hacer un especial hincapié en esos equipos que disponen de archivos temporales, pertenecientes a los navegadores web más importantes, otros propios del sistema operativo, y más. Además, la aplicación puede detectar enlaces rotos, s directos que no funcionan, historiales de búsqueda, caché de iconos y miniaturas del Explorador de Windows, etc.
En cuanto a la sección de sistema, el programa escanea la Papelera de Reciclaje, los archivos Prefetch, la Carpeta Temporal, o los Registros de Errores. Aunque los títulos de las diferentes opciones que la aplicación nos ofrece están en inglés, las opciones disponibles si están disponibles en español, por lo que interactuar con la aplicación para sacarle todo el partido será coser y cantar.