En muchas ocasiones trabajamos con diferentes cuentas de correo dependiendo de su tipo de uso o entorno. Por ejemplo, podemos disponer una personal, además de otra más profesional para utilizar en el trabajo. A su vez tenemos la posibilidad de hacer uso de plataformas online para gestionar ese correo, o clientes locales como Outlook.
Cada una de estas modalidades de uso tiene sus ventajas e inconvenientes. En gran medida todo dependerá de las preferencias o necesidades de cada uno, por ejemplo, de la disponibilidad de internet, preferencias de seguridad, o dispositivos donde gestionar el email. Sin duda las plataformas en la nube para el correo electrónico nos dan la posibilidad de disponer de nuestros mensajes en cualquier lugar y dispositivo. Sin embargo, los programas locales que instalamos en el equipo nos ofrecen una mayor funcionalidad en la mayoría de las ocasiones.
Una de las alternativas de este tipo más conocidas y usadas es la que nos presenta la propia Microsoft. En concreto nos referimos al veterano Outlook que seguro que la mayoría de vosotros conocéis de sobra. Este es un servicio que podemos utilizar tanto a través de su versión web, como por medio del programa que instalamos en nuestro ordenador. De esta manera tendremos la posibilidad de gestionar todo nuestro correo electrónico del modo que más nos interese.
Con todo y con ello esta no es la única aplicación que el gigante del software nos propone para nuestros mensajes. El sistema operativo Windows cuenta con la app llamada precisamente Correo que encontramos instalada de forma predeterminada en el sistema. En un principio ambas propuestas se diseñaron para que pudiésemos configurar y usar nuestro correo de Microsoft en cualquiera de ellas.