Mientras que, para dispositivos móviles, podemos encontrar todo tipo de aplicaciones que funcionan de forma independiente y la dependencia del navegador en mínima, en los ordenadores, independientemente de su sistema operativo, es todo lo contrario, ya que todo, o casi todo, pasa por utilizar un navegador web.
Instagram, WhatsApp, X (Twitter), Facebook, la gestión del correo electrónico, la aplicación de nuestro banco son algunos ejemplos de aplicaciones para móviles que no están disponibles para PC. Este es el principal motivo por el que seleccionar el navegador que mejor se adapta a nuestras necesidades es fundamental para que navegar por Internet no sea una pesadilla.
El problema de utilizar un navegador para todo lo encontramos en el contenido que descargamos. De forma predetermina, todos los navegadores que instalamos en Windows utilizan la carpeta Descargas, un cajón de sastre donde acaba todo el contenido que descargamos de Internet, ya sean documentos en formato PDF, archivos adjuntos del correo electrónico, imágenes, vídeos, páginas web o cualquier otro tipo de archivo.
Windows es consciente del uso que hacen los s de esta carpeta y, a través de las diferentes herramientas que nos ofrece para liberar espacio, la carpeta Descargas siempre encuentra entre las opciones y puede suponer un problema, ya que, si no organizamos el contenido conforme lo descargamos, podemos correr el riesgo de eliminarlo sin darnos cuenta. Si queremos evitarlo, no es suficiente con cambiar la carpeta.
No es necesario reiniciar ni Chrome ni el PC, ya que se trata de un cambio en la configuración de la aplicación que no afecta a su funcionamiento ni rendimiento. A partir de este momento, cuando descarguemos un archivo, del tipo que sea, desde Chrome, este nos preguntará dónde queremos guardarlo. Este cambio no afecta al funcionamiento de otras aplicaciones, únicamente a Google Chrome.