Configurar y optimizar una tarjeta gráfica puede parecer una tarea muy sencilla. Gracias a programas, como el GeForce Experience, es posible ajustar automáticamente los gráficos de los juegos acorde a nuestro ordenador para obtener el mejor rendimiento y la mejor calidad posibles. Sin embargo, las opciones que nos ofrece este programa son muy limitadas. Estas se resumen, básicamente, en las mismas opciones que podemos encontrar dentro del juego. Por ello, si queremos tener más control sobre todos los parámetros, debemos recurrir a otras herramientas avanzadas.
El de Control de NVIDIA
La primera de las herramientas para configurar y controlar la gráfica del ordenador no es otro que el de control de la gráfica que se instala junto a los drivers. Esta herramienta nos va a permitir configurar una serie de parámetros y ajustes independientes que no están relacionados con juegos en concreto.
Por ejemplo, desde este podemos ajustar la resolución de la pantalla y la tasa de refresco, activar el G-Sync, o configurar los ajustes 3D generales (o específicos, para programas concretos) para definir cómo queremos que trabaje la gráfica.
juegos bastante grande para poder seleccionar el que queramos de una lista, o también añadir los ejecutables que nosotros queramos en caso de no encontrar nuestro juego o programa.
Podemos ajustar, de forma similar a como podemos hacer con el de Control de NVIDIA, el comportamiento del antialiasing, la forma en la que queremos tratar con las texturas, limitar los FPS y mucho más. Un control mucho más extenso para quienes buscan controlarlo todo y exprimir hasta el último fotograma sin complicaciones.
Y, lo mejor de todo, es la posibilidad de exportar los perfiles y poder compartirlos con amigos a través de Internet.