La llegada del Raspberry Pi fue, desde luego, un punto de inflexión dentro del mundo de la informática. Hace unos años era imposible pensar que nos íbamos a encontrar con un dispositivo, con un precio de apenas 40 dólares y con una potencia más que aceptable, que pudiéramos llevar siempre encima en el bolsillo del pantalón. Este dispositivo se ha convertido en un gadget imprescindible para muchos s. Pero ¿sabemos realmente cómo aprovechar todo su potencial para una tarea como ejecutar juegos?
Lo retro: el pilar más fuerte del Raspberry Pi
Uno de los usos más comunes de este micro-ordenador es el mero hecho de convertirlo en una
También podemos usar el Raspberry para otro tipo de aprendizajes al mismo tiempo que nos divertimos con ello.
¿Y qué pasa con juegos potentes?
Si lo que estamos buscando es ejecutar juegos potentes, entonces la cosa cambia. A pesar de ser un dispositivo relativamente potente, a la hora de procesar gráficos 3D la potencia es mucho más limitada. A eso debemos sumarle que no tenemos un sistema operativo Windows como tal, sino que todo funciona sobre Linux. Y no sobre el mismo Linux que podemos ejecutar en casa, sino sobre versiones de Linux para ARM. Todo esto cierra mucho las posibilidades de usar el Raspberry Pi para jugar a juegos, por ejemplo, de Steam.
Debemos ser conscientes de que un micro-ordenador de 40 euros no puede ser igual de potente que un ordenador de 1200. Y la finalidad de cada uno es totalmente diferente. A pesar de ello, este micro-ordenador sí es lo suficientemente potente como para servirnos como centro de entretenimiento con las opciones que hemos visto anteriormente.