Desde hace años los ciberdelincuentes están al acecho para hacerse con nuestros datos personales de ordenadores y móviles, de un modo u otro. Para ello utilizan todo tipo de códigos maliciosos a la vez que usan una enorme variedad de vías de entrada, como el correo electrónico.
Y es que cada vez trabajamos con una mayor cantidad de datos privados y personales que además transmitimos a través de internet para todo tipo de usos. Por tanto, estos delincuentes intentan hacerse con los mismos utilizando diferentes formatos de malware, como por ejemplo sucede con el phishing. Desde hace mucho tiempo una de las fuentes de entrada de estos códigos maliciosos a nuestro equipo, es el correo electrónico. Lo cierto es que con el paso de los años la complejidad de estos correos falsos ha ido en aumento.
Evidentemente todo ello con el fin de intentar engañar a los s para que crean que reciben mensajes totalmente lícitos y pinchen en los enlaces maliciosos. Generalmente esto nos suele llevar a direcciones de internet falsas o directamente descargan el paquete con el virus como tal. Sin embargo, debemos tener en consideración que podemos echar mano de diversos métodos para detectar si un correo recibido es un engaño y nos quiere robar. Estas tareas pueden resultar un poco molestas, pero si tenemos dudas, nos pueden ahorrar más de un disgusto en el futuro.
Es por todo ello por lo que en estas líneas os vamos a hablar de una serie de medidas que podéis tomar para así detectar los correos electrónicos maliciosos e ilícitos.
El dominio del correo no coincide con el de la empresa
En multitud de ocasiones uno de los principales elementos que nos debe llevar a dudar de la adjuntos a este correo, más si no tienen demasiado sentido mi razón de ser. Generalmente estos adjuntos suelen ser los ficheros que realmente descargan el código malicioso a nuestro equipo, o nos llevan a páginas web peligrosas. Por regla general abrir el correo como tal no entraña riesgo alguno, el peligro real está al pinchar en estos archivos o enlaces adjuntos.