Todos los virus son malos y peligrosos a su manera. Pero de todos los tipos (troyanos, gusanos, spyware, etc) hay un tipo de malware que ha ganado especial peligrosidad en los últimos dos años: el ransomware. Cuando este malware infecta tu PC, automáticamente cifra todos los datos personales del y les pide el pago de una cantidad de dinero, en Bitcoin, a cambio de la clave privada para poder descifrarlos. Sin la clave, salvo en casos contados, los datos no se pueden recuperar, se pierden para siempre.
El miedo hace que muchas víctimas terminen pagando el rescate, financiando el ciberterrorismo y haciendo que los piratas informáticos cada vez se interesen más por este tipo de malware. Y por ello, cada poco aparecen nuevas variantes de ransomware, cada vez más peligrosas, complicadas de detectar y, por supuesto, más caras para las víctimas.
Los recuperar los datos? (spoiler: no. Hay muchas veces que la gente pierde el dinero y los datos).
El tal la envergadura de los ataques de ransomware que han llegado a afectar a compañías internacionales. Recordamos WannaCry, que afectó a Telefónica y otras empresas españolas. Incluso recientemente un ransomware ha afectado a empresas en España, como Prosegur, dejándolas sin servicio.