A la hora de navegar por internet, para descargar programas o cualquier otro fichero, o consultar nuestro correo, tomamos precauciones para evitar los virus. Pero hay que tener en cuenta que estas no son las únicas vías por las que podemos infectar nuestro ordenador.
Cierto es que internet está repleta de contenidos y peligros que pueden afectar negativamente a los datos y aplicaciones almacenados en nuestro PC. Es por ello por lo que por regla general intentamos evitar determinadas páginas peligrosas, descargar aplicaciones de fuentes no fiables, o no abrir adjuntos extraños del correo electrónico. Sin embargo, también existen otras vías por las que el malware puede llegar a nuestras unidades de disco sin que nos demos cuenta.
Una de las más habituales son las unidades de almacenamiento externas que conectamos en ocasiones a nuestro equipo sin pensar en los potenciales peligros. Un claro ejemplo de todo ello lo encontramos en las habituales memorias USB o pendrive que compartimos con amigos y familiares. Aunque a priori estas provengan de s de total confianza, eso no quiere decir que estén libres de códigos maliciosos al 100%. De hecho, cuando menos lo esperamos en ocasiones nos encontramos con que nuestro antivirus muestra un mensaje de peligro nada más conectar alguna de estas memorias USB.
Debemos tener cuidado porque los peligros relacionados con los códigos maliciosos que llegan por internet son similares a los que nos enfrentamos con dispositivos locales. Por tanto, llegados a esta situación debemos tomar algunas precauciones para así evitar que los virus de esa memoria alcancen nuestros datos del PC.
código malicioso o virus haya sido borrado antes de abrir cualquier fichero contenido.
En el caso de que la solución de seguridad no sea capaz de limpiar por completo este dispositivo de almacenamiento, algo habitual, deberíamos formatear la memoria por completo. Esa sería una manera efectiva de asegurarnos de que esté limpia para poder utilizarla de nuevo en el futuro.