Las luces RGB dentro de los ordenadores no son algo nuevo. Hace 20 años se puso de moda el “modding”, una técnica con la cual se modificaban las clásicas torres de PC para darles un toque original para destacar. En ese entonces, la iluminación se basaba, principalmente, en cátodos fríos y neones que se conectaban a la fuente de alimentación y sobre los que había un control nulo. Hoy, el RGB está al alcance de todos, y cuando conectamos cualquier luz al PC tenemos control total sobre ella.
Desde teclados y ratones hasta ventiladores, memorias y otros componentes del PC, hoy en día la mayoría de los componentes de un ordenador tienen su toque de luz. Gracias a ella podemos dar un aspecto personal y único a nuestro setup, acorde a nuestros gustos. Podemos elegir el color, el efecto, la intensidad de la iluminación, etc.
Sin embargo, aunque muchas veces está bien, hay momentos en los que tanta iluminación puede resultar molesta. Por ejemplo, si vamos a jugar, o ver una serie o película en el PC. O si tenemos una reunión de trabajo y no queremos que se vea el efecto arcoíris por la cámara todo el rato.
Como última instancia, si nada de lo anterior funciona, lo único que nos queda es desconectar el cable de alimentación de la iluminación del componente. Así se apaga seguro.
Desconectarlas del interior del PC
Si las que nos molestan son, por ejemplo, las luces de los ventiladores o de la torre del PC, también podemos apagarlas por completo a la antigua usanza: desconectando el cable. Por lo general, la mayoría de los componentes que llevan iluminación RGB, esta suele ir alimentada de forma independiente. Dependiendo del tipo puede ir a través de un cable A-RGB, un cable SATA u otro cable de alimentación.
Si tenemos ciertos conocimientos, podemos abrir nuestro PC y desconectar estos cables para que se apague la iluminación por completo y no tengamos que preocuparnos de que se vuelva a activar por algún motivo.
Usar la BIOS del ordenador
Con el método anterior, hay dispositivos que no se pueden apagar, como los logotipos que aparecen en la tarjeta gráfica o las luces de la memoria RAM. Por lo general, estas iluminaciones se tienen que desactivar desde la BIOS/UEFI del ordenador. Para ello, con el PC apagado, debemos entrar en la configuración del sistema y buscar los apartados relacionados con la iluminación RGB, que dependerá del fabricante de cada placa base.
Una vez localizados, podremos desactivarlos para que dejen de funcionar cuando no los queramos.