Windows es el sistema operativo más utilizado en la actualidad, pero aún así cuenta tanto con defensores como detractores. Uno de los problemas que se le achaca por lo general es el de ser lento y poco optimizado, por lo que los s tienden a buscar fórmulas para conseguir acelerar el sistema. Es por ello que sobre la optimización de Windows 10 existen algunos mitos que más allá de ayudarnos lo que consiguen es el efecto contrario. Estas acciones se provocan que el sistema se sobrecargue y se vuelva más lento e inestables.
Es por ello que os vamos a contar tres mitos para mejorar la velocidad de Windows 10 que no deberíamos hacer, pues no solo no obtendremos los efectos deseados, sino que puede resultar perjudicial para el sistema.
Usar optimizadores para Windows 10
Uno de los recursos que se suele utilizar a la hora de mejorar la velocidad de Windows es al de usar diferentes tipos de optimizadores en nuestro ordenador. Estos programas se suponen se encargan de realizar las configuraciones apropiadas para mejorar su rendimiento. Pero nada más lejos de la realidad, ya que los procesos de mantenimiento que realizan estos optimizadores en nuestro PC pueden modificar el registro o los archivos de base del sistema, provocando que este se vuelva inestable y con errores, consiguiendo el efecto contrario al que pretendemos.
Desactivar SuperFetch
Desfragmentador de Windows como tarea programada y olvidarnos de que existe.