Windows 11 sigue siendo un sistema operativo rodeado, en todos los sentidos, de polémica. De lanzamiento, este sistema se ha caracterizado por promover la obsolescencia programada, dejando millones de ordenadores sin posibilidad de actualizar. Ahora, un año después, Microsoft lanza la primera gran actualización de su nuevo sistema operativo, repleto de cambios y mejoras que deberían haber estado presentes desde el primer día. Pero no han pasado ni 24 horas y Microsoft ya ha puesto fecha de muerte a su nueva actualización.
Ha habido muchos cambios en cuanto a actualizaciones y ciclos de vida respecto a Windows 10. Por ejemplo, ahora en lugar de lanzar dos actualizaciones al año, Microsoft se va a centrar en lanzar solo una, siendo esta una actualización grande repleta de cambios.
Pero, igual que ha ocurrido con Windows 10, no nos vale tener instalado Windows 11 para garantizarnos las actualizaciones. Microsoft quiere que, en poco tiempo, todos instalemos las nuevas versiones del SO para tener nuestros ordenadores a la última, tanto en características como en problemas. Y, para obligarnos a ello, tendremos ciclos de vida bastante ajustados.
2 años de soporte para cada versión
Tal como informa Microsoft en su propia página web, cada actualización o