Una de las mejores cosas que podemos hacer a la hora de intentar dar una segunda vida a nuestro PC, es sustituir un disco duro mecánico por uno sólido SSD. Sin duda de esta manera ganaremos una buena cantidad de rendimiento si por ejemplo ejecutamos Windows como sistema operativo.
De hecho a estas alturas podemos afirmar que las versiones más recientes del software de Microsoft incluyen algunas interesantes funciones que ayudan a sacar un mayor rendimiento a estas unidades sólidas. Sin embargo hay algunas de estas herramientas integradas que no están en funcionamiento por defecto.
En el caso de que hagamos el mencionado cambio, vamos a notar una impresionante diferencia de funcionamiento y rendimiento desde el primer minuto. Por tanto en estas líneas os vamos a hablar de una serie de medidas casi obligatorias que deberíais llevar a cabo para así mejorar el rendimiento de estas unidades sólidas en Windows.
A la larga lo agradeceréis y seguro que notaréis un aumento de rendimiento sustancial tanto en el arranque del equipo como en el trabajo diario con sus aplicaciones. Además hablamos de tareas sencillas que podéis llevar a cabo en cuestión de segundos y que van a mejorar el funcionamiento de estas unidades y del equipo en general.
Haz estos cambios en Windows para mejorar el disco SSD
En muchas ocasiones con estos cambios incluso nos podemos ahorrar ampliar la memoria RAM o cambiar de procesador. No cabe duda de que así nos ahorraremos una buena cantidad de dinero y el cambio de rendimiento en el ordenador será sustancial.
Evita llenarlo de archivos no comprimibles. El talón de Aquiles de los SSD son los archivos no comprimibles. Por lo general, estas unidades suelen aplicar una compresión básica para los datos, a nivel de hardware, que les permiten trabajar más rápido. Si usamos archivos no comprimibles, la velocidad de lectura y escritura será bastante inferior. Por lo tanto, es importante evitar trabajar con estos tipos de archivos si queremos que el SSD funcione siempre al 100%.
Compra un SSD de buena calidad
Además de los consejos que os facilitamos, otro muy importante es asegurarnos de que, cuando compramos un SSD, este sea de buena calidad. No es lo mismo apostar por una marca conocida que comprar la unidad de almacenamiento más barata que podamos encontrar en AliExpress, por tentadora que resulte.
Además, también es fundamental saber que, en la mayoría de los casos, las unidades de mayor capacidad funcionan más rápido que las más pequeñas. Por tanto, si estamos pensando entre comprar un SSD de 512 GB, 1 TB o 2 TB, la mejor opción es apostar por el de 2 TB, siempre y cuando el precio acompañe.