Uno de los elementos que más cambió en Windows 10 con respecto a sus antecesores fue el menú de Inicio, que pasó a contar un aspecto renovado, lista de programas instalados, la posibilidad de crear mosaicos o Live Tiles. Esto es algo que no ha pasado desapercibido para sus s. Y es que, aunque este menú sigue sin contar con una personalización extrema que nos permita cambiarlo plenamente, sí que podemos realizar algunos ajustes para mejorar su uso.
Cuando ejecutamos Windows 10 por primera vez, este es el aspecto predeterminado que nos vamos a encontrar. Pese a que las opciones de personalización no son extremas, sí que podemos realizar algunos cambios para mejorar su organización, de forma que podamos hacerlo más útil y accesible.
Cambios que realizar para su optimización
Una vez que conocemos como se encuentra organizado el menú Inicio podemos pasar a realizar algunos cambios con los que mejorar su optimización para serlo más usable. Podemos empezar por cambiar su color junto a la barra de tareas y bordes de las ventanas. Esto es algo que podemos realizar desde el menú de «Configuración» y «Personalización» donde podemos elegir el color de acento que más nos guste. También podemos activar que tanto Inicio,
Si contamos con un menú Inicio demasiado cargado, podemos ampliarlo nuevamente desde la «Configuración» en el apartado de «Personalización», activando «Mostrar más mosaicos». Estos mosaicos también se pueden agrupar entre sí en forma de carpetas. Para ello, basta con arrastrar un mosaico sobre otro mosaico para crear una carpeta. De esta forma podemos tener ordenados los mosaicos por temáticas.
Si a pesar de los cambios no termina de gustarnos nuestro menú Inicio, siempre podemos recuperar el estilo del menú de Windows 7. Para ello solo será necesario abrir el menú e ir pulsando con el botón derecho en cada mosaico y seleccionado la opción de desanclar para eliminarlos del menú. Una vez hecho esto con todos los mosaicos obtendremos de nuevo un menú Inicio más clásico.