Tenemos una buena cantidad de métodos para personalizar Windows y disponer de un sistema operativo más original que el resto. Pero a pesar de todas las funciones para todo ello que nos propone Microsoft, cambiar el fondo de escritorio es una de las más habituales.
Por regla general este es un apartado que ya viene cubierto por los fondos que de forma predeterminada nos ofrece el gigante del software al instalar el sistema. Sin embargo, a la mayoría de los s estas fotos que decoran el escritorio no terminan de convencerles. De ahí que prefieran echar mano de sus propias imágenes personalizadas para tenerlas a la vista en todo momento.
Seguro que muchos de vosotros tenéis como fondo de escritorio en Windows, una foto de vuestra mascota, familia, amigos o pareja. También tendemos a utilizar imágenes que nos evoquen agradables recuerdos o sencillamente nos resulten graciosas. Aquí lo importante es que establezcamos un fondo que nos resulte agradable y que además tenga una buena calidad. Pero al mismo tiempo en ocasiones podemos ir un paso más allá y darle un toque aún más original o espectacular a este elemento del sistema operativo de Microsoft.
Precisamente por esta razón a continuación os vamos a mostrar una serie de