El futuro de Microsoft no es tan idílico como pensábamos: Windows 12 podría dejar tu PC obsoleto

Windows 12 pretende ser una nueva revolución dentro de un mundo que cada vez trasciende más la informática. Estamos seguros de que sus avances van a ir en la línea de la seguridad, la inteligencia artificial y la sencillez. O al menos eso nos han hecho creer con Windows 11 y sus actualizaciones.
Pero todo avance requiere un coste, y en este caso, igual que ha ocurrido con Windows 11, muchísimos PC ven en Windows 12 su funeral. Los requisitos mínimos para los sistemas operativos de Windows han sido cada vez más exigentes, y no tiene pinta que Windows 12 baje de marcha en este sentido. Más bien todo lo contrario.
Y a Microsoft no le tiembla mano. De hecho, no teme a su propia hoja de ruta, porque este mismo año, el 14 de octubre, ya dará carpetazo al mantenimiento de Windows 10. Esto hará de punto de presión para que los s abandonen de una vez por todas dicho sistema operativo y escojan Windows 11. Y tiene pinta de que es la misma línea que se seguirá para Windows 12. ¿Están nuestros PC preparados para lo que se viene? Las filtraciones apuntan a que Windows 12 requerirá más RAM y SSD, pero no sabemos qué desagradables sorpresas esconde Microsoft.
Windows 12 y la exclusión tecnológica
Al final, la historia sigue un patrón cíclico con cada versión nueva de Windows. Es más, con el propio Windows 11, más de 400 millones de ordenadores tuvieron que dejar paso a PC nuevos por el simple requisito del chip TPM 2.0, aparte de los procesadores que requiere. Si Windows 12 quiere marcar la diferencia, lo más seguro es que la situación se repita o que incluso sea más restrictiva aún.
Cuando el río suena, agua lleva, y suena que Windows 12 exigirá al menos 8 GB de RAM y no exigirá menos de un SSD. Pero para todas las tareas de IA que se prevén que llegarán, también vamos a necesitar procesadores con unidades de procesamiento neuronal. Y este simple y muy probable factor va a hacer que millones de PC se queden en la estacada.
Esta estrategia a medio y largo plazo podría parecer lógica. Pues los avances siempre requieren de nuevas bases para prosperar. Pero esto no siempre se cumple. Por ejemplo, los sistemas operativos de Linux tienen otra política bien distinta. Y no les falta una pizca de potencia y optimización con respecto a su competidor con oficinas en Redmond. Por lo que, cada vez la comunidad está más de acuerdo: Microsoft también juega a la obsolescencia programada.
Es decir, que nuestros dispositivos tienen una vida útil para vernos obligados a reinvertir en otro nuevo si no queremos quedarnos fuera de esta rueda. Porque es, o eso, o quedarnos sin soporte alguno y con problemas de seguridad que no se puedan reparar. Y quién va a desear correr más riesgos de la cuenta cuando todo nuestro mundo digital pasa prácticamente por nuestro PC.
En definitiva, la transición a Windows 12 va a suponer un reto técnico para nuestros ordenadores y monetario para nuestros bolsillos. De ahí que sepamos qué dirección tomar llegado el momento.