He comprado una impresora nueva: así la he instalado y configurado en Windows sin problemas

Instalar y configurar una impresora en Windows puede ser nuestra peor pesadilla. De sobra se sabe que este periférico es uno de los que más odio ha generado desde las primeras versiones de Windows, y, a día de hoy, sigue dando mucha guerra a la hora de instalarse, configurarse, y, sobre todo, funcionar. No obstante, Microsoft ha trabajado duro para intentar acabar con todos estos problemas y que nos llevemos bien con las impresoras. Y, parece, su trabajo ha dado sus frutos.
Comprar una impresora nueva, instalarla y configurarla en Windows es una tarea de lo más tediosa. Y, por si fuera poco, está escrito que, cuando la vamos a usar al cabo de unos días, no va a funcionar. Es cierto que las impresoras han cambiado mucho, y que mientras que hace unos años estaban diseñadas para conectarse a un solo ordenador, hoy todas tienen Wi-Fi para poder usarlas sin cables desde cualquier PC de la casa.
Sin embargo, a pesar de simplificar los protocolos, estos periféricos siguen dando todo tipo de problemas de conexión, impresión, tinta… hasta el punto de desesperar a cualquiera.
Mi impresora, Epson, dejó de funcionar. El cabezal negro se estropeó (seguro que no tiene nada que ver con la obsolescencia programada), y he tenido que comprar otra. Puesto que esta marca es, de las malas, la menos mala (al menos, para mí), he vuelto a comprar otro modelo de la misma impresora, porque además estaba de oferta casi a la mitad. En cuanto llegó a casa la impresora, empezaron los miedos. Pero, para mi sorpresa, estaban totalmente infundados.
Instalar la impresora paso a paso
Nada más desempaquetar la impresora, quitar los precintos, y conectarla a la corriente, lo primero que hice fue encenderla para seguir los pasos de configuración inicial. En ellos, lo que hacemos es, básicamente, conectarla al Wi-Fi. Un detalle que me gustó mucho es que se actualizó el firmware de la impresora él solo, sin necesidad de usar el PC para nada, una vez conectada al Wi-Fi.
En cuanto a la configuración IP, la he dejado por DH, para que el router la asigne una IP automáticamente en función al resto de los equipos de la red. Con la impresora conectada ya a la red local, configurada, e instalados los cartuchos, toca lo más complicado: instalarla en Windows.
Por lo general, soy muy reacio a instalar los programas de gestión que vienen con el hardware. Me gusta que sea Windows quien controle el ratón, el teclado, y los demás periféricos. Además, con la nueva iluminación dinámica de Windows 11, ahora es totalmente innecesario instalar nada más. Por suerte, la impresora es uno de estos rios.
De nuevo, los programas de los fabricantes no solo son un lastre, sino que, ahora mismo, ya no sirven de nada.