Dependiendo de la potencia de nuestro equipo, el tiempo que va desde que pulsamos el botón de encender hasta que tenemos listo nuestro en el sistema operativo puede resultar frustrante por su lentitud. Esto ocurre con mayor frecuencia en equipos con hardware relativamente más antiguo, pero, como casi todo en esta vida, también podemos tomar medidas y aportar unas cuantas soluciones efectivas.
Existen varias formas de acelerar el tiempo de arranque de nuestro equipo para optimizar nuestra experiencia, y ahora, vamos a desglosar unas cuantas que pueden ser implementadas de manera rápida para que notes los efectos lo antes posible.
Consejos para iniciar Windows más rápido
Desactiva el inicio de automático de aplicaciones que no uses. Muchos programas vienen configurados por defecto para que se inicien junto a tu sesión de Windows. Es cierto que muchos de ellos son esenciales, pero… ¿Qué pinta, por ejemplo, Spotify, iniciándose junto a los procesos principales de tu equipo?
Este tipo de mala praxis conlleva la utilización de recursos extra, lo que se traduce en un mayor tiempo de espera a la hora de iniciar nuestro equipo. Tal y como puedes ver en la imagen, la manera rápida de solucionar esta cuestión es accediendo al de Tareas (Ctrl+Shift+Esc) y acudiendo a la pestaña inicio. Una vez que te aparezca el menú contextual, verás que tienes un listado de programas habilitados o deshabilitados para ejecutarse al inicio. En caso de que no estés conforme con el inicio automático de alguno de ellos, siempre será mejor ejecutarlo en otro momento, por lo que puedes borrar de la lista todo programa no esencial para asegurarte una mayor fluidez al iniciar el equipo.
Habilita el inicio rápido de Windows. Esta funcionalidad viene incorporada con nuestro sistema operativo, y puedes activarla accediendo a las opciones de energía desde el de Control. Una vez aquí, selecciona desde el menú de la izquierda la sección «Elegir el comportamiento de los botones de inicio/apagado». Te pedirá que uses los permisos de para poder modificar esta opción, así que hazlo sin miedo, y, por último, pincha en «Activar inicio rápido»
Tras ello, se te desplegará el menú que puedes ver en la imagen de arriba. Selecciona la opción resaltada con la flecha y listo.
Instala la última versión del sistema y de sus aplicaciones. Mantener actualizado el propio sistema operativo Windows en todo momento afecta positivamente a su rendimiento y puesta en marcha. Microsoft muchas veces envía mejoras en este sentido o Añade funciones que nos permiten ser más productivos al trabajar con nuestro ordenador y que funcione de una manera más fluida. Lo mismo sucede con buena parte de las aplicaciones que instalamos aquí, ya que sus desarrolladores intentan que interfieran lo mínimo posible en el rendimiento del ordenador y consuman menos recursos del equipo.
Limpia y optimiza los elementos añadidos al Escritorio. En una sección tan importante como es el Escritorio de Windows tendemos a incluir todo tipo de s directos. Estos se refieren a documentos propios, s directos a aplicaciones, fotos y mucho más. Esto significa que nos encontramos con un Escritorio repleto de iconos que el sistema operativo se ve en la obligación de cargar una y otra vez. Siempre es preferible utilizar carpetas donde guardar estos iconos de los todos hablamos y así organizar de una manera más efectiva el escritorio del sistema operativo para liberarlo y acelerar el arranque.
Por separado, se pueden considerar medidas eficientes que mejoran de manera individual directamente el rendimiento de nuestro equipo, pero si seguimos todos los consejos que hemos compartido en este artículo, notarás un cambio drástico en la velocidad de arranque de tu ordenador.