Aunque hasta finales de la semana que viene no conoceremos al detalle el nuevo Windows, gracias a la ISO filtrada esta misma semana hemos podido hacernos una idea de todo lo que traerá el nuevo SO. La verdad es que, por ahora, Windows 11 no es más que un Windows 10 que ha pasado por chapa y pintura; el mismo sistema operativo con cambios en el escritorio. Sin embargo, parece que Microsoft tiene más cambios en mente, a corto o largo plazo. Y es que no solo va a cambiar el escritorio de Windows 11, sino que también van a cambiar sus requisitos mínimos.
La mayoría de los requisitos mínimos mucho más elevados para poder instalar y usar este nuevo sistema operativo.
Trusted Platform Module y Secure Boot, los dos requisitos más polémicos
Desde enero de este mismo año, todos los productos Windows Server requieren que el hardware cuente con TPM 2.0. Trusted Platform Module es una tecnología incluida en todos los procesadores modernos, de 2016 en adelante, necesaria para que las funciones de criptografía funcionen correctamente. Las U incluyen un chip TPM usado para generar, guardar y limitar el uso de la criptografía. Gracias a este chip, las funciones de cifrado y descifrado de datos no consumen recursos en el PC.
No se sabe si Microsoft quiere usar este requisito para limitar el uso de Windows 11 a ordenadores más o menos antiguos, o si se debe a que este nuevo SO vendrá con BitLocker activado por defecto como medida de seguridad adicional. Lo que sí es seguro es que, si nuestra U no tiene este componente, no podremos instalarlo. Puedes comprobar rápidamente si tu PC lo soporta escribiendo «tpm.msc» en el buscador de Windows y abriendo la herramienta.
Otro requisito para poder instalar este SO es que nuestro PC tenga UEFI y Secure Boot habilitado. El arranque seguro es una capa más de protección del firmware frente al uso de software no deseado en el PC, y está disponible en las placas base más o menos modernas.
Otros posibles requisitos de Windows 11
Además de los dos requisitos anteriores, Microsoft también tiene intención de aumentar los demás requisitos mínimos necesarios para poder usar su sistema operativo. Entre otros, Microsoft pretende bloquear la instalación de Windows 11 a los s que tengan menos de 64 GB de espacio libre en el disco duro. Esto no significa que el sistema vaya a ocupar ese espacio, sino que pretende acabar con los muchos problemas que aparecen al actualizar por falta de espacio.
Microsoft también tiene intención de ampliar la memoria RAM mínima para poder instalar el nuevo SO. Aunque hay s que han conseguido instalar Windows 11 con 512 MB de RAM en máquinas virtuales, Microsoft nos va a pedir que tengamos, al menos, 4 GB de memoria RAM.
Esperemos que estos cambios en los requisitos, no libres de polémica, sirvan para solucionar muchos de los errores de Windows 10.