El audio es uno de los elementos que de manera más habitual usamos al hablar de contenidos multimedia, donde además englobamos vídeos o fotografías. Pero centrándonos en el sonido, lo cierto es que el trabajo con archivos MP3 es algo que se ha extendido mucho, para lo cual Audacity nos será de ayuda.
Puede que en ocasiones la calidad del sonido en MP3 u otro formato que escuchamos de forma habitual no sea la ideal. Para poder mejorarlo debemos de echar mano de una herramienta profesional que nos pueda ayudar a corregirlo.
Ya nos refiramos a los archivos de audio que creamos nosotros con música, a grabaciones de voz, o sonidos de todo tipo, estos contenidos ya pueden editarse de muchas maneras. Para todo ello en estos momentos podemos echar mano de varias herramientas específicas, muchas de ellas gratuitas. Sin embargo, una de las más populares es Audacity, una aplicación gratuita de la que ya os hemos hablado en algunas ocasiones en el pasado y que podéis descargar desde
Elige el archivo de salida más adecuado
Ya os hemos mostrado muchos de los apartados tanto software como hardware que influyen de forma directa en la calidad de la grabación de sonido que vamos a llevar a cabo desde nuestro ordenador. Empezando por el micrófono que vamos a utilizar, también es importante que nos aprovechemos de las muchas funciones que nos ofrece este software gratuito que muchos conocéis, Audacity. Sin embargo, si hemos tomado todas estas precauciones a lo largo del proceso como tal, es importante que cuidemos los detalles al máximo también cuando vamos a finalizar todo el trabajo.
Con esto lo que os queremos decir realmente es que es importante, quizá más importante que otros muchos pasos dados anteriormente, elegir adecuadamente el formato de salida que vamos a utilizar. Y es que tener en consideración que la mayoría de los programas para la edición de audio, donde por supuesto también se incluye el que os hablamos ahora, tiene el soporte para múltiples formatos de fichero de sonido.
Aquí entran en juego dos parámetros muy importantes, por un lado el espacio que va a ocupar el archivo resultante, y por otro la calidad que obtendremos finalmente. Como os podréis imaginar, a medida que la calidad aumente en el formato de salida, lo mismo sucederá con el tamaño que va a ocupar en nuestro disco. Por tanto en el caso que nos ocupa donde estamos priorizando la calidad obtenida por encima del tamaño del archivo, en lugar de utilizar en este supuesto el habitual MP3, es preferible que nos decantemos por un formato de sonido sin compresión.
Asimismo y con el fin de no tener problemas de compatibilidad a la hora de reproducir este fichero que vamos a obtener, lo mejor que podemos hacer es guardar el archivo en formato WAV o FLAC. De esta manera dispondremos de un fichero de sonido mejorado altamente compatible con la mayoría de las soluciones software, sin pérdida ni compresión.
Problemas que podemos encontrar
Como hemos visto, es muy sencillo realizar cambios sobre cualquier pista de sonido para, por ejemplo, mejorarla. Sin embargo, debemos tener siempre en cuenta que, si no lo hacemos con cuidado, podemos encontrarnos con problemas.
El primero de ellos es que todos los cambios que hagamos son destructivos. Es decir, una vez que apliquemos, por ejemplo, una amplificación, no podremos deshacer los cambios (salvo con las funciones del propio programa) a no ser que bajemos de nuevo la amplificación. Esto no puede parecer un gran problema, pero si lo sumamos al segundo, y es que, si amplificamos por encima delo límite, perderemos información de sonido, y esta no se recupera al volver a bajar el volumen, pues ya estaremos estropeando el archivo original.
Otro aspecto con el que debemos tener cuidado es a la hora de exportar el proyecto ya modificado. Lo más probable es que lo guardemos en formato MP3, pero dentro de este formato hay muchos niveles de calidad diferentes. Una calidad muy alta, si nuestro archivo es de baja calidad, hará que ocupe espacio de manera innecesaria. Y, una calidad baja, nos hará perder calidad respecto al original.
Por todo ello, antes de empezar a editar, es recomendable hacer una copia de seguridad del archivo original. Y, al guardar el proyecto, asegurarnos de que no sobrescribimos este archivo original.