De sobra sabemos que, en cualquier momento, Windows puede fallar. Sin embargo, antes de recurrir a la solución drástica, formatear, podemos intentar recuperar el sistema de varias formas. Una de ellas es usar la herramienta de restauración de Windows, lo que se conoce como «volver a un estado anterior«. Aquí es donde entran en juego los puntos de restauración, los cuales nos ayudan a solucionar muchos de los problemas que surgen en un PC sin necesidad de borrarlo todo y empezar de cero. Y, a continuación, vamos a ver cómo funcionan.
Qué es un punto de restauración
Un punto de restauración es, a grandes rasgos, una copia de seguridad, o backup, de la configuración básica del sistema, los programas instalados, y los archivos críticos de Windows. En los puntos de restauración que realiza Windows 11 o Windows 10 se incluyen archivos de registro, archivos del sistema y archivos del . Cuando decidimos restaurar uno, lo que hace el sistema es comprobar si los archivos y las configuraciones que hay en el equipo son los mismos que había en el momento de la creación y, en caso contrario, restaura las copias que tenía guardadas.
Como muchas veces hay que sustituir archivos esenciales del sistema, esto no se puede hacer con Windows funcionando, motivo por el cual es necesario reiniciar el PC. Eso sí, es muy importante no cortar el proceso de restauración, ya que, en caso contrario, podemos tener errores irreversibles en el sistema. Restaurar un sistema no suele tardar mucho tiempo, la herramienta de Microsoft funciona bastante bien y realiza la tarea en un periodo de tiempo breve. Eso sí, hay muchos factores que pueden afectar al tiempo que tenemos que esperar a que se complete el proceso.
Evidentemente debemos tener muy en consideración la potencia de nuestro equipo en lo que se refiere al procesador del que dispone y su memoria RAM. Asimismo, será especialmente importante la velocidad del disco duro que tenemos en el ordenador. Tal y como podemos imaginar, si tenemos de un disco sólido SSD, el proceso de restauración será mucho más ágil y llevará menos tiempo que si disponemos de un disco duro HDD.
De hecho, quizá esta diferencia entre las unidades de almacenamiento de las que dispongamos es uno de los factores más importantes. Igualmente, aquí influye la cantidad de programas que tengamos instalados en ese momento el sistema operativo de Microsoft. Cuanto mayor sea el espacio ocupado en las unidades de disco, evidentemente mayor será el tiempo empleado en la restauración como tal. Por el contrario, si trabajamos con un equipo en el que instalamos hace poco el sistema operativo y está relativamente limpio, el tiempo empleado se reduce ostensiblemente.
También influye mucho el tiempo que volvamos atrás. No es lo mismo revertir los cambios de un punto de restauración relativamente reciente que hacerlo de un punto de restauración de hace semanas, o meses.
Sea como sea una de las premisas que debemos tener en consideración cuando vamos a utilizar un punto de restauración en Windows, es la paciencia, además de que no deberíamos interrumpir el proceso bajo ningún concepto.
Crear puntos de restauración en Windows
Hay que decir que, en un principio y por defecto, el propio sistema operativo se encarga de crear automáticamente estos puntos de restauración. Ya sea al instalar programas, instalar actualizaciones, o simplemente de forma periódica, Windows se encarga de tener listas sus backups para que, si algo va mal, podamos volver atrás.
Automáticos
Hay algo que debemos tener muy presente en este aspecto, y es que por defecto el sistema operativo de los de Redmond viene configurado para crear estos puntos de restauración de forma automática. Por regla general los mismos se generan cuando hacemos algún cambio en el propio sistema, como con la instalación de un programa, por su desinstalación, por la que será de alguna nueva actualización de Windows. El mayor inconveniente que estos elementos nos presentan es que generalmente van a ocupar una buena cantidad de espacio en disco. Ya sabemos todos lo valioso que es ese espacio en nuestras unidades, por lo que muchos s prefieren no crear estos puntos de restauración, o al menos limitar su número.
En ningún momento os vamos a recomendar eliminar por completo estos puntos de los que os hablamos, ya que nos pueden ser de una enorme ayuda en multitud de ocasiones. Sin embargo, lo que sí podemos es reducir un poco el espacio asignado para los mismos, y así disponer tan solo de uno o dos al mismo tiempo. Hay que tener en cuenta que en la mayoría de las ocasiones con esta cantidad será más que suficiente para resolver los posibles problemas que aparezcan.
El propio asistente nos preguntará varias cosas. La primera, si queremos usar el propio Windows para restablecer el equipo o bajar la última versión desde la nube (mejor esta segunda), y la otra si queremos borrar todos los datos y empezar de cero, o mantener todos los datos, programas y configuraciones y solo reinstalar Windows.
El proceso puede tardar bastante tiempo, pero cuando acabe tendremos nuestro equipo reinstalado y reparado, y todo debería volver a funcionar con normalidad.