Mientras que hace solo unos años el trabajo con unidades de CD y DVD era lo habitual en nuestros ordenadores con Windows, ahora son las memorias USB. La mayoría contamos con varios dispositivos de este tipo para guardar todo tipo de información, copias de seguridad, etc.
Lo cierto es que con el paso de los años el uso de estos productos hardware no ha parado de crecer en todo el mundo. En gran medida gracias a la comodidad y versatilidad que nos presentan a la hora de almacenar contenidos digitales. Pues bien, como sabréis, tenemos la posibilidad de hacer una copia de seguridad de tu memoria USB creando una imagen de la misma. A continuación, podemos coger esa imagen guardada y clonar varias memorias USB con ese mismo contenido.
Esto es algo que nos puede ser de mucha utilidad tanto en ámbitos personales como más corporativos. Es por ello por lo que a continuación os vamos a mostrar cómo podéis crear una imagen de cualquier unidad USB utilizando el sistema Windows como base.
Diferencias entre copia y clonación de un USB
Lo primero que debemos tener en cuenta es que a continuación no vamos a hablar de una simple copia de archivos de una memoria USB. En el caso de que ese sea tu objetivo real, lo más recomendable es que utilices el método convencional de arrastrar y soltar contenidos en el Explorador de archivos de Windows. Esto os permitirá transferir los correspondientes archivos hacia y desde las memorias USB que tengamos conectadas.
Sin embargo, de lo que os vamos a hablar más adelante, está dirigido a los s que necesitan hacer una copia de seguridad completa o clonar una memoria USB. Decir que por ejemplo esto será de enorme utilidad a la hora de crear una unidad de arranque USB. La diferencia aquí es que simplemente no puedes arrastrar y soltar su contenido a otra unidad USB para que sirva como arranque. La razón de ello es que en este caso también necesitas el registro de arranque maestro de la unidad y las tablas de partición.
Por tanto, incluso si la unidad USB de origen no es arrancable, es necesario hacer un clon si esta tiene más de una partición y deseamos que sean exactamente iguales. De este modo la imagen resultante consta de todos los archivos visibles y ocultos y del espacio no utilizado de la unidad primaria. La imagen también incluye el espacio libre, es decir, los restos no utilizados del espacio de la unidad que Windows asigna a un solo archivo. De igual modo si necesitáis copiar archivos de una única unidad USB no arrancable a varias unidades con idéntica capacidad, la clonación puede ser la solución más rápida.
Cuando hablamos de clonar un USB, hablas de copiar todo el contenido, tal cual está a otra unidad. Este es el mismo que se hace al clonar un disco duro de un PC que va a ser reemplazado y el quiere que los datos del nuevo sean exactamente los mismos. Aunque el proceso es el mismo, el método para llevarlo a cabo es diferente. Mientras que si queremos clonar un disco duro no podemos iniciar el sistema con él, para clonar un USB necesitamos un sistema operativo con el que hacerlo y, en este caso, hablamos de Windows.
Cómo clonar una memoria USB
Una vez que tenemos claro la diferencia entre copiar una memoria USB y clonarla, vamos a ver cómo podemos hacer la segunda de las acciones. Para todo ello lo primero que vamos a necesitar su software de terceros, por lo que descargamos y extraemos la aplicación gratuita ImageUSB desde este
De nuevo hacemos clic en el botón Browse, ahora con el fin de localizar y seleccionar el archivo de imagen almacenado antes en el PC. Una vez que hayamos localizado la imagen almacenada en el disco, la seleccionamos y hacemos clic en el botón Write de la parte inferior para comenzar. Debemos tener en cuenta que el programa ImageUSB borrará todo lo almacenado en la memoria USB de destino y sustituirá su contenido por los datos de la imagen. Además, este mismo proceso lo podremos repetir con tantas memorias USB como deseemos, siempre y cuando sean del mismo tamaño.
Una vez ha finalizado el proceso, tenemos dos opciones: conservar la imagen que se ha creado en el disco duro para poder volver a utilizar en un futuro o eliminarla del disco duro para ganar espacio. Si el contenido de la imagen lo hemos descargado de Internet si mucho esfuerzo y podemos volver a hacerlo en un futuro si nos hiciera falta, de nada sirve mantener la imagen del USB que hemos creado para clonar. Para lo único que sirve es para ocupar espacio en nuestro disco duro.
Pero, si se trata de una versión de Linux o Windows muy antigua que nos ha costado muchísimo encontrar, debemos conservar la imagen creada para tenerla a mano si nos hiciera falta crear nuevamente un USB de arranque. Hay que tener en cuenta que, conforme pasan los años, cada vez es más difícil encontrar sistemas operativos o programas que en el pasado se distribuyeron vía USB, ya que este método hace mucho que dejó de utilizarse.
Siempre tendremos la opción de Internet Archive, la biblioteca de Internet, sin embargo, no siempre podemos encontrar todo lo que buscamos, especialmente cuando hablamos de sistemas operativos.
Problemas al clonar una memoria USB
Como todo proceso que implica al hardware y el software, siempre hay piedras que pueden surgir en el camino, por muy sencillo que sea todo a primera vista. La clave está en identificar los problemas para poder resolverlos rápidamente y completar la tarea de clonación con éxito. Uno de esos problemas, y quizá el más habitual, tiene que ver con que la memoria USB no sea detectada por el programa.
En este supuesto, los motivos pueden ser varios: el puerto USB podría estar defectuoso, el sistema operativo no ha reconocido la unidad correctamente o incluso el propio dispositivo USB podría estar dañado. Podemos salir de dudas desconectando la memoria y probándola en otro puerto del ordenador. Si el problema sigue, el siguiente paso será abrir el de dispositivos en Windows para chequear si la unidad aparece en la lista de dispositivos de almacenamiento. De no ser así o aparezca con un triángulo amarillo, podremos intentar actualizar los controladores desde ahí mismo. Si eso no funciona probaremos reiniciando el ordenador y sin con esa acción tampoco se detecta la memoria, es posible que esté defectuosa.
También puede ocurrir que durante la creación de la imagen, el programa lance un mensaje de error como «Falló la verificación de la imagen» o «Error al escribir en la unidad». Una vez más podríamos estar ante un problema de la memoria, por lo que nos tocará chequearla con herramientas como CHKDSK para reparar sectores dañados. También hay que comprobar que la memoria no esté protegida contra escritura, como ocurre con algunas tarjetas y memorias que cuentan con un pequeño interruptor físico de seguridad, al estilo de los antiguos disquetes. Si la memoria sigue dando fallos, es posible sé simplemente sea de baja calidad o antigua, con una velocidad de lectura y escritura demasiado baja.