A la hora de trabajar con nuestro ordenador con Windows puede que tengamos la necesidad de cambiar la resolución de nuestra pantalla para ajustarla mejor a la tarea que estamos realizando. Sin embargo, en ciertas circunstancias nos podemos encontrar con que no será posible realizar esta acción. Esto es algo que puede suceder por diferentes motivos, por lo que hoy vamos a ver diferentes maneras que tenemos para solucionar el problema que nos impide cambiar la resolución de la pantalla en Windows.
Y es que la no posibilidad de poder alterar la resolución cuando la pantalla se encuentra configurada en un valor menor a la resolución predeterminada y recomendada puede resultar algo muy molesto ya que puede influir de manera muy negativa en nuestras labores.
Cuando hablamos de la resolución de pantalla, nos estamos refiriendo a la claridad con la que queremos ver las imágenes y el texto que se muestran en pantalla. Contra más alta sea la resolución más nítidos aparecen los elementos que vemos reflejados. De la misma forma, también se muestran más pequeños para que puedan caber más. En cambio, si usamos resoluciones más bajas, nos cabrán menos elementos, pero a cambio de que estos sean de un tamaño mayor.
Lo cierto es que en la mayoría de las ocasiones y dependiendo de los componentes hardware que formen parte de nuestro equipo, tendremos que utilizar una resolución de pantalla u otra. A mayor resolución soportada por ejemplo por la pantalla o por la tarjeta gráfica de la que dispongamos en el ordenador, generalmente mayor calidad tendrán los componentes de los que os hablamos. De esa manera nuestro equipo podrá manejar una mayor cantidad de puntos o píxeles de manera simultánea, para lo que evidentemente también se requiere una cierta potencia de proceso.
Con todo y con ello, dispongamos de componentes de calidad alta, baja o media, el propio sistema operativo de Microsoft generalmente nos propone una resolución recomendada en base al hardware que tengamos disponible. En la mayoría de las ocasiones esta es la que tendríamos que pues establecer por defecto para trabajar con dicha resolución. Decir que, si queréis echar un vistazo a la resolución recomendada por el propio sistema, no esto es algo que podéis ver a través de la aplicación de Configuración de Windows. Pero por una razón u otra siempre tendremos la posibilidad de aumentar o reducir este elemento, tal y como os mostraremos a continuación.
Cómo cambiar la resolución de la pantalla en Windows
Para poder cambiar la resolución de nuestra pantalla debemos acceder al menú de Configuración de Windows. Esto es algo que podemos hacer de diferentes maneras. Por un lado, pulsamos el atajo de teclado «Windows + I», y una vez en «Configuración» pulsamos en el apartado de «Sistema» y «Pantalla». La otra forma, es pulsar con el botón derecho sobre un espacio en blanco del escritorio y seleccionar «Configuración de pantalla».
Aquí es precisamente donde tendremos la posibilidad de echar un vistazo a la resolución recomendada que nos propone el propio sistema y de la que os hablamos anteriormente. Este es un valor que Windows nos propone en base al monitor que tengamos conectado a nuestro ordenador y a la potencia de la gráfica instalada en el equipo. De ahí que la mayoría de las ocasiones los s tendemos a utilizar la misma en lugar de decantarnos por una superior o inferior.
Una vez abierto, pulsamos en «Siguiente» y en la siguiente ventana podremos activar los puntos de restauración disponibles. Solo nos queda seleccionar el punto deseado y pinchar nuevamente en «Siguiente» para que comience todo el proceso de restauración. Si hemos desactivado la creación de puntos de restauración en nuestro equipo, dentro de este apartado no se mostrará ningún punto de restauración que seleccionar para revertir los cambios que se hayan realizado en el equipo. Desactivar esta función no tiene sentido ya que, si no queremos que ocupen mucho espacio en nuestra unidad de almacenamiento, podemos limitar el espacio para que, en lugar de ocupar el 2% de espacio en disco, sea de tan solo el 1%. Los puntos de restauración nos permitirán reparar rápidamente el funcionamiento de Windows sin necesidad de formatear la unidad, siempre y cuando no se trate de algún virus o modificación en el registro que haya vuelto inestable al sistema operativo.
Comprueba que el fallo con la resolución no es por un virus
Al igual que sucede con otros muchos elementos relacionados con el software y la tecnología, estos cada vez son más complejos. En este caso nos referimos a la posibilidad de que algún tipo de código malicioso este dañando algún componente del sistema que afecte a la resolución de la pantalla. Desde hace años hay algunos malware en concreto que nos bloquean el cambio de este aspecto, lo que afecta negativamente al uso de cualquier aplicación o juego. Por tanto, llegados a este punto lo primero que debemos hacer es buscar algún virus u otro tipo de malware en nuestro ordenador.
Esto nos servirá para asegurarnos de que el culpable con el problema de la pantalla no es Windows o algún componente propio, sino más bien externo. para ello lo mejor que podemos hacer es hacer un análisis en profundidad del sistema operativo y sus aplicaciones con el correspondiente software de seguridad. Cabe mencionar que aquí nos puede servir tanto el antivirus de Microsoft, Windows Defender, como cualquier otro que tengamos instalado. Lo recomendable es que configuremos ese programa para que haga un análisis completo de todo el sistema operativo, incluyendo el arranque.
En caso de que se detecte algún positivo, deberíamos eliminarlo cuanto antes y comprobar si se ha solucionado el error con la resolución de pantalla en Windows.
Solucionar el problema con un programa de terceros
Antes os hemos mostrado diferentes maneras de cambiar y personalizar la resolución de vuestro monitor en Windows de manera rápida y sencilla. Esto es algo que el propio sistema operativo nos permite llevar a cabo, como no podía ser de otro modo, en cuestión de segundos. Pero en ocasiones esta modificación nos puede llevar a ciertos problemas, lo que significa que no funciona como debería. Como hemos visto, son varios los factores que pueden influir en todo ello, tanto pertenecientes al propio sistema de Microsoft, como a otros agentes externos.
Custom Resolution Utility
Pero en el caso de que no seamos capaces de solventar los fallos a la hora de modificar la resolución de nuestra pantalla en Windows, también podemos echar mano de alguna solución software externa. Este es precisamente el caso del que os vamos a hablar a continuación a través de un útil programa. En realidad, se trata de una aplicación que lleva una buena cantidad de años entre nosotros pero que sigue siendo igual de efectiva a pesar del tiempo. El programa del que os hablamos se llama Custom Resolution Utility y como su propio nombre nos deja entrever, su principal función es dejarnos personalizar la resolución de pantalla de Windows.
Esto es algo que vamos a lograr gracias a las funciones que nos permiten añadir nuevos parámetros de resolución directamente desde la interfaz principal de la aplicación. Además, el propio programa está capacitado para que podamos elegir el monitor sobre el que deseamos realizar este proceso de manera independiente si trabajamos con más de uno de forma simultánea. En ese momento nos vamos a encontrar con una interfaz de muy sencilla de utilizar e intuitiva. Por tanto, si tenemos problemas a la hora de cambiar la resolución de nuestro monitor en Windows de manera convencional, este es un programa que nos podrá ser de mucha utilidad.
Lo mejor y lo peor
Esta es una aplicación especialmente indicada para permitirnos personalizar y configurar al máximo la resolución de la pantalla que vamos a utilizar por defecto en Windows. Lo mejor de todo es que dispondremos de algunas herramientas y funciones adicionales para sacar el máximo provecho y controlar en todo momento este parámetro tan importante. El único problema es que se trata de un programa que tendremos que instalar de forma adicional en nuestro equipo con Windows, lo que no gusta a todo el mundo.
Display Changer X
Otra excelente opción es Display Changer X, un programa muy avanzado para gestionar los ajustes de la pantalla. Ha sido desarrollado tanto para s individuales como para la gestión de equipos que necesitan varias pantallas para funcionar, como es el caso de un entorno de desarrollo o diseño gráfico. Permite ajustar la resolución sin problema e incluso forzar resoluciones que Windows no permita ajustar.
Este software también permite ejecutar un programa en una configuración específica de pantalla y volver automáticamente a la configuración original al cerrar el programa. Es decir, que no tendremos que volver a configurar todo de cero al volver a ejecutar ese programa en concreto u otros que hayamos memorizado.
Display Changer X también permite guardar ajustes de pantalla en archivos DCX personalizados. Estos archivos almacenan los ajustes de cada monitor, como las frecuencias de actualización precisas para sistemas de cine en casa. Una vez configurados, se pueden aplicar estas configuraciones haciendo doble clic en el archivo o ejecutándolo desde la línea de comandos. El programa tiene una interfaz muy intuitiva, lo que permite una configuración rápida sin necesidad de perdernos por una infinidad de menús y submenús de opciones.
Hay que tener en cuenta que aunque Display Changer X es altamente configurable, tiene algunas limitaciones como la de no poder modificar configuraciones específicas del controlador, como las ofrecidas por AMD, Nvidia o Intel, ni cambiar la escala DPI o los ajustes de HDR, debido a la falta de API disponibles en Windows para estas funciones. La buena noticia es que el programa es compatible con Windows 10 y Windows 11, estando presente para su descarga desde la propia tienda de aplicaciones de Microsoft. Display Changer X permite probar el software antes de comprarlo y, una vez adquirido, se reciben diez licencias junto con actualizaciones gratuitas automáticas.
¿El juego está en pantalla completa?
También puede darse el caso de que, aunque podamos cambiar la resolución en el escritorio de Windows, donde tengamos los problemas sea a la hora de jugar en el PC. Puede darse el caso de que, al entrar a un juego, nos encontremos con que no podemos cambiar la resolución de la pantalla del ordenador. O que, de poder hacerlo, solo nos permite hacerlo a unas resoluciones muy concretas.
Esto normalmente suele ocurrir cuando ejecutamos el juego en modo ventana o ventana sin bordes. En estos casos se utiliza la resolución y la frecuencia del escritorio para correr el juego sobre ella. Y cambiar la resolución en este modo implica cambiar la del escritorio entero. Para solucionar este problema debemos correr los juegos en modo pantalla completa. Al activar este modo lo que conseguimos es que la gráfica tome el control de la pantalla del ordenador, y no solo conseguiremos mejor rendimiento, sino que podremos ajustar sin problema la resolución de la pantalla. En caso de que en este modo sigamos sin poder ajustarla, lo que tendremos que hacer es probar a reinstalar o actualizar los drivers de la GPU, como ya hemos explicado, ya que algo está funcionando mal en Windows.
Sin embargo, algunos juegos no nos permiten modificar esa opción ya que, automáticamente, se encargan de gestionar el rendimiento del juego en el equipo, sin permitir que el pueda tomar el control. De esta forma, se aseguran de que el pueda disfrutar al máximo del juego con la suficiente calidad y fluidez para que jugar no sea una pesadilla. Antes de buscar una solución a este problema, debemos acceder a los ajustes de la aplicación para comprobar si podemos ejecutar el juego a pantalla completa o si esa opción se encuentra bloqueada por las especificaciones de la gráfica o del procesador de nuestro equipo.
Desactivar las mejoras automáticas de vídeo en Windows
También debemos tener muy presente que el sistema operativo de Microsoft, al menos en sus últimas versiones, nos presenta una buena cantidad de funciones adicionales relacionadas con el vídeo y la pantalla. Y es que este tipo de contenidos multimedia, tanto a nivel local como streaming, cada vez forman parte más importante de nuestro uso diario con el PC. De ahí precisamente que Microsoft se encargue de proporcionarnos varias características para intentar mejorar la experiencia en el consumo de este tipo de contenidos.
Tal es así que por ejemplo nos presenta una función que automatiza la mejora de la reproducción de vídeos sin que nosotros tengamos que hacer nada. Cabe mencionar que se trata de una característica que por defecto viene desactivada y que podría estar afectando de forma negativa al problema con el que nos encontramos ahora. Y es que si no podemos cambiar la resolución de pantalla en el sistema operativo del gigante del software, quizá se trate de un conflicto con esta función que os comentamos.
Por tanto todo lo que tenéis que hacer es abrir la aplicación de configuración de Windows por ejemplo a través de la combinación de teclas Win + I. Una vez tengamos en pantalla la ventana que se presenta nos situamos en la opción de Sistema. En la parte izquierda nos encontramos con varias categorías entre las que elegimos la que precisamente se llama Pantalla. A partir de ahí tendremos que buscar el selector que reza Procesar vídeo para mejorar la automáticamente. Esta es una opción que quizá hayamos activado en el pasado pero que podría estar provocando algún tipo de incompatibilidad con funciones más básicas del sistema, como lo que hablamos de la resolución.
Por tanto llegados a este punto lo mejor que podemos hacer es desactivar esta característica, para ver si el fallo del que seamos hablado finalmente se soluciona. Y es que hay que tener en cuenta que el funcionamiento de esta herramienta que os comentamos para la mejora del vídeo dependerá en gran medida del hardware del que disponga el PC.
¿La pantalla ite otras resoluciones?
Aunque puede parecer algo obvio, debemos asegurarnos de que nuestra pantalla, o monitor, ite la resolución que estamos intentando establecer. Por ejemplo, si tenemos una pantalla Full HD a 1080p, si intentamos configurarla una resolución 4K, esta no funcione en nuestro monitor. Normalmente Windows nos avisará de que de la resolución no es compatible, pero, si la forzamos, tendremos como resultado una imagen rota, o una pantalla en negro. Tras unos segundos, deberíamos volver a la resolución original, ya que Windows detectará que existe algún problema y nos permitirá revertir el cambio. Debemos tener claro que un monitor siempre aceptará la misma resolución o inferiores, nunca una superior, ya que no está capacitado para soportarla, por lo tanto, no será capaz de mostrar esa resolución en ningún momento, por muchos ajustes que podamos hacer en la configuración de Windows.
Si creemos que nuestra pantalla podría funcionar con una resolución que no aparece en Windows, lo que tendremos que hacer es introducirla manualmente. Esto podemos hacerlo desde el de control de NVIDIA/AMD, o desde las propiedades de pantalla de Windows. Eso sí, de nuevo lo más probable es que la pantalla se quede en negro, pero, si funciona, eso que habremos ganado. También debemos asegurarnos de que, si el monitor tiene varias entradas, la entrada que hemos conectado a nuestro equipo es compatible con la resolución y la tasa de fotogramas por segundo que estamos buscando, ya que, de lo contrario, ya podemos seguir dándole vueltas al problema que nunca vamos a encontrar la solución.
Lo más sencillo para salir de dudas es consultar el manual de nuestro monitor, manual que podemos encontrar en la página web del fabricante si hemos tirado la caja y no conservamos el manual que venía con él. Si se trata de un equipo portátil, especialmente si se trata de un modelo económico, debemos tener en cuenta que la mayoría de ellos, únicamente itan una resolución máxima de 1366×768, una resolución bastante pobre hoy en día, pero que permite a muchos fabricantes lanzar equipos económicos al mercado. En estos casos, aunque conectemos un monitor externo de mayor resolución, nunca vamos a poder modificar la resolución a no ser que la gráfica si ita esa resolución utilizando un monitor compatible, aunque repito, es muy poco probable.
Lo que sí es posible hacer, si tenemos una gráfica NVIDIA o AMD, es utilizar una tecnología llamada «DSR», que nos permite procesar las imágenes a una resolución muy superior y después reducirla mediante algoritmos con suavizado para mostrarla en la resolución original de nuestra pantalla.