A la hora de instalar nuestro sistema operativo, ya sea Windows 10 o Windows 11, uno de los aspectos que los s dan una mayor importancia es a la personalización, para de estar forma mejorar el uso diario y continuado de este software. Uno de estos elementos importante son los iconos dada su sencillez, efectividad y nos permiten transmitir toda la información de forma clara y rápida.
Es por ello por lo que para tener una personalización completa del sistema operativo no solo basta con poner un fondo de escritorio o tema, sino que algunos s prefieren ir un paso más allá y poder crear sus propios iconos. Para ello podemos hacer uso de algunos programas o aplicaciones web con los cuales poder disponer nuestros propios iconos y dotar a nuestro ordenador de una personalización extrema.
Lo cierto es que con el paso de los años cada vez se han ido extendiendo más las funciones de personalización de la interfaz del sistema operativo de Microsoft. Lo que en un principio se limitaba, como os comentamos, a poner una foto propia de fondo de escritorio, ahora va mucho más allá. Precisamente en todo esto es en lo que nos queremos centrar en estas mismas líneas para así trabajar con un sistema operativo mucho más original que el resto.
A continuación, nos queremos centrar en una serie de elementos que en multitud de ocasiones pasan totalmente desapercibidos como son los iconos. Todo ello a pesar del enorme uso que hacemos de estos casi de manera constante.
Crear iconos con estos programas
Con estos programas para Windows podemos crear y diseñar nuestros propios iconos. Algunos son más simples y otros algo más profundo, para que elijamos en nivel de personalización que queramos otorgarle.
Utilizar una imagen como icono
Si en lugar de utilizar cualquier tipo de icono o crear un conjunto de estos para personalizar nuestra copia de Windows, queremos utilizar una imagen que tengamos almacenada en nuestro PC, no es necesario utilizar ninguna de las diferentes aplicaciones disponibles para crear iconos. Lo primero que debemos hacer es seleccionar una imagen que podamos recortar para que el motivo que queramos mostrar tenga forma rectangular, es decir, que tenga la imagen se pueda recortar para tanto el ancho como el alto sean los mismos.
Una vez hemos seleccionado la imagen que queremos utilizar como icono, debemos cambiar el formato a .BMP, un proceso que podemos hacer con la aplicación nativa de Windows Paint. A continuación, seleccionamos el archivo, pulsamos la tecla F2 y cambiamos la extensión del archivo para sustituir .BMP por .ICO. Si no se muestran las extensiones de los archivos, tendremos que acceder a la cinta de opciones del explorador Vista y marcar la casilla Extensiones de nombre de archivo.
Una vez hemos cambiado la extensión de la imagen en formato .BMP a .ICO ya podemos utilizar esa imagen como icono de cualquier aplicación que queramos. Tan solo debemos acceder a las propiedades de archivo, directo o carpeta, pulsar en Personalizar y, seguidamente en Cambiar icono para seleccionar la imagen que queremos utilizar. Finalmente, pulsamos en Aplicar y Aceptar. A partir de este momento, el icono de la aplicación será la imagen que queríamos sin tener que utilizar ninguna aplicación de terceros.
Trucos y consejos para crear mejor los iconos
Personalizar los iconos es posible y relativamente sencillo, como hemos visto. Pero también debemos tener atención a ciertos detalles para que el resultado final sea atractivo. No solo hablamos de elementos decorativos, ya que los iconos en Windows tienen un función práctica en el día a día. Si no son legibles o no entendemos bien lo que quieren decir, al final puede ser peor el remedio que la enfermedad.
La simplicidad es uno de los consejos a la hora de diseñar o elegir iconos. Como hemos mencionado, un icono efectivo debería ser comprensible a simple vista, incluso sin etiquetas de texto. Es un forma de evitar diseños muy cargados, llenos de detalles o sombras, que al final dificultan más que ayudan. También hay que tener en cuenta el fondo, para el contraste de los colores. Es decir, lo mejor es que destaquen sobre el fondo y que no se pierdan. Si el fondo de pantalla es oscuro, lo mejor podría ser elegir iconos con colores claros o brillantes, como blanco, amarillo o tonos pastel. Del mismo modo, si el fondo es claro, los colores oscuros en los iconos siempre irán mucho mejor.
El tamaño es un factor que también debería tenerse en cuenta. Los iconos de Windows suelen tener dimensiones reducidas, como 16×16 o 32×32 píxeles. Si se reduce podría no ser del todo legible, por lo que hay que chequear que los iconos sean suficientemente grandes para verse bien a simple vista. La buena noticia es que con herramientas como AWicons o IcoFX, siempre podremos previsualizar el icono en diferentes tamaños para ajustar detalles y tener claro que no pierda su esencia al escalarlo.
Para rematar y aunque la personalización es tan libre y amplia como las opciones que tienes a mano, mantener un estilo uniforme es mejor cuando vamos a personalizar varios iconos. En este sentido, suele ser recomendable elegir una paleta de colores limitada, para que todos los iconos combinen entre sí y con el tema general de tu escritorio.