Muchos s optan por usar un disco duro externo de gran capacidad para el almacenamiento de sus datos con el fin de no llenar el disco duro principal de nuestro ordenador. Pero algún día podemos encontrarnos que esta unidad no funciona o no la reconoce nuestro equipo.
Que nuestro equipo no reconozca nuestra unidad o que esta no funcione es un problema muy común que puede ocurrir varias ocasiones a lo largo de la utilización de este. Esto no significa que necesariamente vaya a ocurrir y lo podemos prevenir conociendo los problemas que lo ocasiona.
Causas y soluciones a un disco duro externo que Windows no reconoce
Hoy vamos a repasar todas las causas posibles por las cuales Windows puede fallar a la hora de reconocer un disco duro. Como veremos a continuación, un fallo habitual suele estar en la incompatibilidad del sistema de archivos. Windows soporta nativamente NTFS, exFAT y FAT32, pero no sistemas como APFS o HFS+ de Mac, ni los formatos ext de Linux sin software adicional.
Es normal también que al tratarse de un hardware externo, varios factores físicos afecten al normal funcionamiento del disco duro externo. Lo más comunes son los cables USB defectuosos, puertos USB que no funcionen, o una conexión inestable entre el disco duro y su carcasa. Si hablamos de un portátil, las configuraciones de ahorro de energía pueden interferir para desconectar los puertos USB con el fin de ahorrar energía. Este hecho suele sorprender a muchos s, pero es algo de lo más habitual, y una buena noticia, ya que no se trata de un problema mayor.
También veremos como los drivers de los puertos USB deben estar correctamente actualizados para funcionar correctamente y llegado el momento, pueden incluso corromperse. Esto por supuesto, afecta al reconocimiento del dispositivo. No hay que olvidar tampoco que Windows asigna letras de unidad automáticamente, por lo que si esta función está deshabilitada o hay un conflicto, el disco duro no aparecerá en el explorador de archivos, aunque podría verse en el de Discos.
Y como siempre, los grandes enemigos de un ordenador como son los virus y el malware, pueden interferir con la capacidad de Windows para detectar dispositivos de almacenamiento externos. En otras ocasiones son los fallos en las particiones del disco duro las que podrían impedir el a los datos o su reconocimiento por parte de Windows, sobre todo cuando las particiones no están correctamente inicializadas o están dañadas.
Vamos a echar un vistazo a estos y otros problemas y a sus posibles soluciones. En este post también encontrarás consejos útiles para que no vuelvan a ocurrir estos problemas e incluso programas que pueden ayudar a solucionarlos de una manera más automatizada.
Verificar el sistema de archivos
Antes de nada, debemos asegurarnos de si el sistema de archivos del disco duro es compatible con Windows. Windows, únicamente es compatible con los formatos NTFS, exFAT y FAT32. Los sistemas de archivos utilizados por Apple APFS y HFS+, al igual que el utilizado en Linux (ext2, ext3 y ext4) no son soportados por Windows. Sin embargo, si podemos utilizar aplicaciones de terceros para acceder a su contenido. Si se trata de unidades en formato ext de Linux, no hace falta recurrir a ninguna aplicación de terceros ya que podemos utilizar WSL incluido en Windows, aunque únicamente vamos a poder hacerlo utilizando la línea de comandos. Sin embargo, este método no es válido para acceder a unidades con el sistema de archivos propietario de Apple (al igual que NTFS es de Microsoft).
Para asegurarnos de si el problema de está relacionado con el sistema de archivos del disco duro, podemos utilizar la herramienta de discos de Windows, herramienta disponible pulsando sobre el botón de inicio con el botón derecho del ratón. A continuación, conectamos el disco duro al equipo y esperamos hasta que se muestre en el listado de discos de la aplicación. Seguidamente, debemos pulsar sobre esa unidad y con el botón derecho del ratón, acceder a sus propiedades donde se mostrará el tipo de sistema de archivos utilizado. Si se trata del sistema NTFS, exFAT o FAT32, debemos proceder con las aplicaciones que os mostramos a continuación.
Pero, si se trata del sistema de archivos utilizado por Linux, nos veremos obligados a activar el Subsistema de Windows para Linux (WSL por sus siglas en inglés) o bien utilizar algunas de las diferentes aplicaciones disponibles para Windows que nos permite acceder a este formato de archivos. En caso de tratarse del sistema de archivos AFPS o HFS+, la única solución también pasa por utilizar aplicaciones específicas para acceder a su interior.
Comprueba si el disco duro aparece en otro PC
Antes de nada, si tenemos otro ordenador a mano, debemos probar si este reconoce el disco duro. En caso de que sí lo reconozca, entonces está claro que el problema debe ser de nuestro ordenador (problema de drivers, con el puerto USB, con Windows, etc). Podemos aprovechar para hacer una copia de los datos más importantes en ese segundo ordenador para guardarlos, y empezar a buscar la forma de solucionarlo.
Si la unidad no funciona en ningún PC al que lo conectemos, es probable que la unidad esté muerta y debamos reemplazarla. Cuando pruebe con otra máquina, asegurarnos de verificar si aparece en la ventana istración de discos del PC. Incluso si funciona, es posible que la unidad no aparezca en el Esta PC del Explorador de archivos si no tiene un volumen que Windows pueda identificar.
En caso de que el segundo ordenador tampoco lo reconozca (sobre todo si tiene un sistema operativo como Linux), entonces está claro que el problema es del disco duro. Y debemos actuar en consecuencia.
Puede ser también que el problema por el que el ordenador de detecte nuestro disco duro externo no se encuentre en el dispositivo sino en el puerto USB que estamos usando para poder conectarlo. Por ello debemos de desconectar el dispositivo del puerto USB y lo intentamos conectar a otro puerto del PC.
En el caso de que sí en un puerto USB, pero no en otro, está claro que el problema es de ese puerto en particular que no funciona. Si hemos conectado la unidad a un hub USB, demos de intentar conectarla directamente al PC, pues algunos hub USB no proporcionan suficiente energía para que funcione su unidad externa.
Desconecta otros componentes USB del PC
Por regla general, al margen de las unidades de almacenamiento en las que nos centramos en estas líneas, a nuestro ordenador también conectamos a otros muchos componentes externos vía USB. Aquí nos referimos a elementos de la importancia de la impresora, la webcam, el teclado y el ratón, un micrófono, y mucho más. Al mismo tiempo debemos tener muy presente que estos componentes, cuando están en funcionamiento, realizan un cierto consumo energético a través del mencionado puerto.
De ahí precisamente que se pueda dar la circunstancia, por ejemplo, porque ese puerto no tenga la suficiente potencia o sencillamente que nuestra fuente de alimentación esté saturada, de que el sistema operativo no sea capaz de detectar el disco duro externo. Por lo tanto, es recomendable, llegados a este punto, que intentemos desconectar aquellos dispositivos USB que no estemos utilizando o no necesitemos en este momento.
A continuación, y una vez hayamos eliminado ese consumo hora extra de nuestro ordenador, podremos intentar volver a conectar el disco duro externo para ver si el sistema lo detecta. Además, ahora ya podremos probar en varios puertos, ya que no todos tienen la misma potencia eléctrica y así nos aseguramos de que todo funcionará como es debido.
Identifica el problema con el disco a partir del software
Lo primero que debemos comprobar es que no nos lo reconoce nuestro equipo. Si por el contrario si nos lo reconoce, pero no nos deja abrirlo, lo que tendremos que hacer es formatear el disco duro.
Si no nos aparece en la ventana «Equipo» que se encuentra en el explorador de archivos, comprobaremos lo siguiente:
Formatea el disco duro desde el de discos
Nos dirigiremos al « de discos» > Abrir. Si cuando abrimos dicha herramienta nos aparece una ventana llamada «Inicializar disco» es que nuestro disco no tenía formato.
Un ejemplo de ello se encuentra en la siguiente captura.
Segundos después, se mostrará un resumen de todas las acciones que se han realizado con y sin éxito en el disco duro, junto con los errores que se hayan encontrado. Para solucionar los errores que pueda presentar el disco duro, añadiremos el parámetro /f:
chkdsk /f[code] También podemos utilizar el parámetro /r para que se encuentren sectores defectuosos y que el sistema recuperar la información que todavía sea legible:
[code] chkdsk /r
También podemos combinar ambos parámetros para que se ejecuten de forma conjunta con tan solo una línea de comando.
chkdsk /f /r
Pros y contras
Se trata de una aplicación nativa de Windows que tiene incluso más años que Windows, ya que esta herramienta ya estaba disponible a través de MS-DOS, por lo que su buen hacer está lejos de cualquier duda habida y por haber. El único punto negativo que nos podemos encontrar al utilizar esta aplicación es que no dispone de una interfaz gráfica, por lo que la única posibilidad de interactuar con esta es utilizando comandos. Con los tres comandos que os hemos mostrado más arriba, es más que suficiente para solucionar cualquier tipo de problemas.
Analiza todo el equipo en busca de virus
Al contrario de lo que sucede con otros sistemas operativos menos utilizados en nuestros ordenadores de sobremesa y portátiles, Windows es bastante propenso a recibir ataques de todo tipo. Precisamente por esa razón, por su extendida cuota de mercado, la mayoría de los códigos maliciosos existentes se dirigen hacia este software de Microsoft. Además los diferentes tipos de malware que nos pueden llegar cada vez son más complejos y afectan de manera negativa a una mayor cantidad de componentes y aplicaciones.
De ahí precisamente que nos hagamos esta mención en estas mismas líneas ya que algún ataque con códigos maliciosos puede afectar directamente a la detección de unidades de disco externas. De hecho podríamos considerar que esto es bastante más habitual de lo que nos gustaría, ya que así los atacantes limitan las posibles soluciones para eliminar sus virus del equipo. Y es que si por ejemplo no podemos utilizar un disco duro externo o una memoria USB para determinadas tareas de detección y eliminación, eso que gana el malware.
Por tanto si nos encontramos ante el problema que os hemos descrito en estas mismas líneas, antes de nada deberíamos ejecutar alguna solución de seguridad en busca de códigos maliciosos. Por ejemplo podemos decantarnos por el propio antivirus que incluye Windows y nos proporciona Microsoft de forma predeterminada. Aunque igualmente nos puede servir de ayuda cualquier otra solución externa de terceros que se encargue de eliminar estos contenidos.
Llegados a este punto lo más importante es que el propio antivirus esté debidamente actualizado a su última versión. Asimismo deberíamos configurar el software de seguridad para que se ejecutase con un análisis en profundidad. Así nos aseguramos de que un virus no está bloqueando la instalación de unidades de almacenamiento externas.
Qué sucede con las memorias flash USB
En estas líneas os hemos hablado de los posibles problemas que se pueden presentar al utilizar un disco duro externo que conectamos a un puerto USB de nuestro PC con Windows. Estos dispositivos almacenamiento son cada vez más habituales para así liberar cierta cantidad de espacio de las unidades locales del ordenador. Y hablamos de una buena cantidad de gigas, por lo que esto nos puede ser de enorme utilidad a la hora de almacenar en el tiempo nuestras fotos y vídeos personales, por ejemplo.
Y hablamos de estos contenidos en concreto debido a que suelen ser de los ficheros que más ocupan y que guardamos de manera masiva en las unidades del PC. Pero además de los discos duros externos a los que os hemos hecho mención aquí, desde hace años las memorias flash USB también se han convertido en elementos habituales para estas tareas. Por tanto quizá os preguntéis lo que sucede o qué medidas podéis tomar en el caso de que se presenten estos mismos problemas al conectar una memoria de estas características.
Pues bien, debemos tener en cuenta que la mayoría de los errores y soluciones que os hemos descrito antes referentes a los discos USB, son igualmente extensibles y válidas para las memorias flash. Esto quiere decir que igualmente podremos echar mano de las comprobaciones y soluciones mencionadas para este tipo de dispositivos de reducido tamaño. Y es que si algo caracteriza a estas memorias que os comentamos es la cantidad de espacio que nos proporcionan en un producto hardware que podemos llevar cómodamente en cualquier bolsillo.
Además vamos a obtener una velocidad de lectura y escritura en la mayoría de los casos, muy superior a la que nos ofrecen los mencionados discos que conectamos vía USB. Quizá lo más parecido aquí sean los discos externos SSD que cada vez son más habituales.
Guía para evitar problemas en el disco duro
Aunque usar un disco duro externo es muy cómodo, también debemos tener en cuenta que los datos que guardemos allí siempre tendrán esa pequeña probabilidad de que algo salga mal y, por tanto, los perdamos para siempre. Nada, salvo una copia de seguridad de los datos, nos protege de un posible fallo electrónico o mecánico del disco duro, igual que tampoco podemos estar protegidos frente al desgaste que las unidades sufren con el paso del tiempo. Pero sí que hay algunos consejos que nos ayudarán a reducir al mínimo la probabilidad de que algo salga mal.
Lo primero que debemos hacer es tener cuidado con los golpes. Los discos duros externos, sobre todo los mecánicos (a los SSD les afecta menos) se ven muy afectados con los golpes, hasta el punto de que uno mal dado puede hacer que este deje de funcionar para siempre, y con ellos hacernos perder todos los datos. También es importante asegurarnos de que el disco duro está estable y no se mueve mientras lo tenemos conectado al ordenador. Y que el cable y demás rios están en perfectas condiciones para evitar cortocircuitos u otros posibles daños.
Por último, monitorizar el estado de salud de la unidad como hemos explicado nos ayudará a detectar unidades que estén a punto de fallar y podremos recuperar los datos antes de que demasiado tarde. Al igual que es recomendable adoptar la rutina de hacer copias de seguridad de forma periódica de todos los datos almacenados en nuestro equipo, también debemos acostumbrarnos a comprobar periódicamente el funcionamiento ya la salud de nuestro equipo para evitar perder datos en parte en su totalidad. Para hacerlo, podemos crear un script o bien, apuntar en el calendario un recordatorio todos los meses.
Qué hacer si finalmente el disco duro no funciona
En caso de que después de probar todo lo anterior el disco duro siga sin funcionar, entonces ya debemos empezar a buscar otras soluciones. Puede que el disco duro esté bien y el problema sea de la carcasa (algo mucho más común de lo que podemos imaginar). En ese caso, podemos abrir la carcasa y conectar el disco duro directamente al ordenador. O comprar otra carcasa y conectarlo a ella para ver si así lo reconoce.
Si después de descartar la carcasa el disco duro sigue sin funcionar, entonces lo siguiente que debemos intentar es acceder de otras formas al disco duro. Al menos para recuperar los datos. Para ello, lo más fácil es usar una distro Linux Live (como Ubuntu), y utilizar herramientas de recuperación de datos (por ejemplo, TestDisk) para reparar la tabla de particiones. Si los datos siguen sin aparecer, pero al menos el PC reconoce el disco duro, podemos recurrir a PhotoRec para analizar y recuperar los datos.
Si el disco duro ha dejado de funcionar por completo, y ni Linux lo detecta, entonces no hay nada que hacer. Si tenemos información muy valiosa que tengamos que recuperar solo podremos hacerlo a través de una empresa de recuperación forense de datos, nada más.
Llegados a este punto lo que debemos tener muy presente es que la recuperación de datos por parte de estas empresas de un disco duro dañado no suele ser barato. Es por ello que generalmente son las empresas las que se suelen beneficiar y hacer uso de este tipo de servicios de recuperación.
¿Puedo recuperar los datos del disco duro?
Lo primero que pensamos cuando conectamos un disco duro a nuestro ordenador y este no aparece es: ¿qué ha pasado con nuestros datos? Dependiendo del tipo de problema que tengamos, los datos estarán guardados en el disco y podremos recuperarlos (de una manera u otra), o puede que se hayan perdido.
Casos en los que podemos haber perdido los datos del disco duro:
- Un fallo mecánico que ha hecho que el disco deje de funcionar.
- Si tenía cifrado por hardware, un problema con la controladora de la carcasa.
- Si el disco ha sido infectado por un virus, o un ransomware.
En el resto de los casos, generalmente será posible recuperar los datos del ordenador. Por ejemplo, si se ha estropeado la controladora (y no teníamos cifrado) bastará con sacar el disco y colocarlo en cualquier otra carcasa externa, o conectarlo internamente al PC.
Si se trata de un problema con las particiones, los datos seguirán estado en el disco duro, aunque no los veamos. En ese caso, lo que debemos intentar es no escribir en el disco bajo ningún concepto, teniendo la oportunidad de recuperar los datos. El programa Testdisk, por ejemplo, nos permite recuperar las particiones dañadas o borradas, junto con todos los datos. En caso de que no sea así, entonces podremos recuperar los datos usando otros programas de recuperación forense más especializados.